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Con estas páginas quiero presentaros mi ciudad, la Sevilla milenaria, la Tartésica, la romana, la islámica y cristiana, tal como yo la veo, ayudado por mi cámara de fotos que durante años me acompaña. Observad la información que os dejo para el mejor disfrute de sus calles, rincones, etc. La he dividido en varias secciones: patrimonio histórico y artístico, la ciudad que nadie ve, gastronomía y diversión.
Bajo este saludo encontraréis información de: transportes, alojamientos, restaurantes, monumentos, bares, la noche, mas un gran etc. Que podréis ir descubriendo vosotros mismos.
Sin olvidar la sección fotográfica, imágenes de Sevilla que podréis adquirir siempre que me enviéis un e-mail con dicha petición.
Gracias por estar aquí y no olvidéis mi lema: DISFRUTA SEVILLA CON TODOS TUS SENTIDOS

Un saludo. Manuel C. Viñuelas

Ruta 7. Pabellones de la Exposición Ibero-Americana de 1929

Proyectada y dirigida por el arquitecto Aníbal González, inaugurada en 1916. Está rodeada por el lado exterior de una calzada oval para el tránsito rodado que la circunda y por los tres palacios. Por la parte interior de esta, la plaza de planta alargada redondeada en sus lados menores, se halla cubierta de bellísimos jardines y rosaledas, decoradas con esbeltas columnas con capiteles del orden compuestos, sobre los cuales hay victorias haladas, debidas a escultores catalanes, madrileños y sevillanos que participaron en el concurso celebrado a tal fin en diciembre de 1913. Merece citarse en esta plaza la Glorieta del Quijote, en cuyos bancos de azulejos se reproducen pasajes de la obra de Cervantes, en los cuales aparecen las esculturas ecuestres de cerámica, en pequeño tamaño, de Don Quijote y Sancho Panza.
En la parte central de la plaza se halla un bello estanque de elegante perfil barroco, con alto surtidor central, rodeado por magníficos candelabros de hierro forjado.
De los tres edificios que enmarcan la Plaza de América el Pabellón Mudéjar o de Arte Antiguo (Museo de Artes y Costumbres Populares, el Pabellón Real (Oficinas Municipales) y el Bellas Artes (Museo arqueológico Provincial)
Tradicional glorieta, es la de las palomas, situada en su extremo Sur, donde los niños se divierten dando de comer van las innumerables palomas blancas. ¿Quién en Sevilla no tiene una foto dando de comer a estas palomas?
La jardinería de la plaza reformada en diversas ocasiones, está compuesta principalmente por un trazado de parterres geométricos enmarcados con setos de evónimo, dentro de los cuales están plantadas diferentes variedades de rosales. Altas y esbeltas palmeras complementan el conjunto de esta Rosaleda.
Alineados bordeando la calzada que la circunda árboles del amor y jaboneros nos ofrecen sus floraciones.
Destacan, entre su vegetación, dos grandes jacarandas plantadas en 1921 frente al Pabellón Real, que fueron regaladas por un súbdito ingles que acompañado por un hermano de la reina madre visitó el Parque de Mª Luisa.

Pabellón Mudéjar ( antiguo Pabellón de Arte Antiguo)
Terminado en 1914, se inspira en el mudéjar andaluz, al que debe el nombre con que es conocido. Consta de dos plantas con un cuerpo central dividido en tres fajas verticales, las dos laterales coronadas por típicos miradores y la central por el característico tejaroz volado, todo ello, y, especialmente las archivoltas de sus tres puertas, profusamente esmaltadas con azulejos policromos. Tiene el edificio a los lados sendas alas terminadas en exedras con galerías bajas sostenidas por arcos peraltados. En la actualidad los salones bajos y las galerías del patio se dedican a exposiciones de diversos matices y en la planta alta se hallaba establecida la Hemeroteca municipal, se encuentra en la actualidad ubicado el Museo de Artes y Costumbres Populares. Dos buenos ejemplares de Cycca revoluta, flanquean la entrada al Pabellón.
  
“Debe su nombre a haber sido proyectado para albergar las Colecciones Artísticas de la Casa Real, que figuraron en la Exposición Iberoamericana. Se terminó en 1916 y su estilo se halla inspirado en el gótico flamígero. Obra como los demás edificios de la Plaza de América, de Aníbal González, está construido sobre gradas de piedra y precedido de un espacioso atrio con asientos, basamentos de farolas y seis pedestales de ladrillo tallado sobre los que van sendas águilas en piedra artificial, obran del escultor sevillano José Ordóñez, que sostienen los escudos de otros tantos estados de la Monarquía española: Señorío de Vizcaya, Reino de España, Ducado de Borgoña y Toscana, Señorío de Molina y Reino de Jerusalén. El palacio es obra de ladrillo, con crestería de cerámica blanca y azul, zócalos de alicatados, frisos y yeserías y artesonados de madera policromada. Los altos zócalos del amplio vestíbulo, con cuadros cerámicos alusivos a la Orden de Montesa, fueron pintados por Gustavo Bacarisas y en los demás salones lo fueron por los más destacados pintores y ceramistas del momento. Exteriormente y a nivel del plano de la Plaza, el Pabellón Real se halla rodeado por estanques con juegos de agua que contornean el edificio”.
En la actualidad en este pabellón se ha realizado obras de adaptación para albergar, primero a las oficinas de Urbanismo municipales y en la actualidad (1996) es la sede de la Delegación de Economía y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla.
  
Museo Arqueológico (Palacio de las Bellas Artes)
De estilo plateresco, obra del arquitecto Aníbal González, fue terminada en 1919. Por el ayuntamiento fue cedido al Ministerio de Educación y Ciencias, llamado en aquel entonces Educación Nacional, para la instalación del Museo Arqueológico Provincial de Sevilla, inaugurándose el 25 de mayo de 1946.
En la actualidad se encuentra instalado el interesante Museo Arqueológico.
  
Considerada como la obra cumbre del arquitecto Aníbal González, donde se aprecian todas las facetas de la artesanía Sevillana desde la cerámica hasta el hierro forjado.
De planta semielíptica limitada por una ría en cuyo borde se eleva una balaustrada de cerámica, que en su mayor parte ha sido sustituida por mármol, se comunican sus orillas por medio de puentes con escalinatas.
De la misma forma semielíptica de la plaza se alza un gran palacio dividido en tantas sesiones como provincia tiene España, indicadas en la alquería, a cuyos pies y en zócalo exterior del edificio aparecen a modo de patios abiertos y con bancos alicatados, los escudos, símbolos y cuadro históricos y anaqueles para libros de las antes mencionadas provincias.
En los extremos de la plaza se alzan dos soberbias torres. Todo el edificio está construido de ladrillos entallados, columnas de mármol blanco y variada ornamentación de cerámica Sevillana. En las distintas dependencias están ubicados varios organismos oficiales como la Capitanía General, el Gobierno Civil, etc...
En el centro de la plaza una fuente circular luminosa da realce al conjunto arquitectónico.
La jardinería se reduce a un arriate perimetral con laureles como elemento principal, setos de evónymus y plantas de flor en el interior.
Como atractivo tradicional, en la ría de la plaza existe un servicio de barcas de remo y motoras que animan y divierten al público, con paseo por debajo de los puentes, convirtiendo ésta en un sueño veneciano, aunque tan solo sea por unos momentos.
Principal lugar donde se han llevado a cabo desde su inauguración grandes acontecimientos históricos de la vida de la ciudad por la amplitud de su superficie. (50.000 metros cuadrados, con un coste aprox. de 14 millones de Ptas.).

“Este armonioso y bello monumento de piedra, que se halla en el parque que lleva su nombre, fueron erigidos en 1929 por el Comité de la Exposición Iberoamericana en homenaje a la egregia señora, donante de estos espléndidos jardines. La efigie sedente de la infanta obra inspiradísima de Enrique Pérez Comendador, llevar una flor de mármol blanco entre sus manos cruzadas, símbolo de una vida rota, la de su hija María de las Mercedes, una historia de amor que conmovió el alma popular de Sevilla desde el parque de los Montpansier. Y descansa en un sencillo pedestal, reducido a un simple dado, entre dos columnas, teniendo como fondo un biombo o transparente vegetal”.
Así fue el monumento ahora trasladado en el eje del parque, Glorieta de los Lotos, una vez acordado por la Corporación la sustitución del monumento de piedra por otro de bronce de iguales características realizado por el mismo escultor.
  
Fue inaugurado este inspirado monumento el 9 de diciembre de 1912, debido a la iniciativa y gestión de los hermanos Álvarez Quintero, en una glorieta del Parque de María Luisa que lleva el nombre del inmortal poeta.
Es obra del escultor marchenero Lorenzo Coullaut Valera. Sobre basamento un banco de mármol de planta poligonal que rodea un taxodio gigantesco, plantado en 1850, aparece el busto de Bécquer envuelto en la capa española, sobre alto pedestal, teniendo a su derecha tendida sobre el banco, la figura de bronce del amor herido y muerto y a su izquierda, también de bronce, la del amor vivo, en actitud de herir a tres figuras de mujer sentada, que simbolizan con sus respectivas actitudes, el amor que llega, el amor presente y el amor que muere. En la rotonda en que se halla el monumento, se han instalado tres bancos y un anaquel conteniendo las obras del “Poeta de Rimas” para la pública lectura”.
El monumento fue sacado de punto de los talleres del Sr. Berchini de Barcelona. José Andrés Vázquez en su libro “Bécquer” describe así el monumento:
El busto de Bécquer envuelto entre los embozos de la romántica capa española, aparece sobre un fuste y bajo la fronda de un magnífico taxodio secular, acaso el más hermoso ejemplar arbóreo de todos los que pueblan el espléndido parque sevillano. En torno al tronco corre un banco circular moldurado; sobre él está el grupo de las tres mujeres y el amor, por medio de cuyas figuras trata el escultor de representar la rima que empieza así:
“Los invisibles átomos del aire en deredor palpitan y se inflaman...”
Las tres mujeres son de la época de Bécquer, y, con la respectiva expresión de su rostro se advierten que el amor pasa, va ha pasar o ha pasado ya... Una tiene el presentimiento, el éxtasis amoroso y la tercera la melancolía del amor perdido.
Al lado opuesto aparece, en bronce, el amor caído, que representa el grupo de la poesía becqueriana de tragedia, tristeza y desengaño amoroso. Está inspirada en la figura de la Rima que empieza: “Me ha herido recatándose en las sombras, sellado con un beso en su traición...”
Este es un amor de más edad que el primero; tiene las alas rotas y el puñal de la rima clavado por la espalda. El árbol que cobija el monumento expresa la gran sensibilidad del poeta por la naturaleza. A la vez, comunica a la obra ese recogimiento íntimo que no hubiera tenido en lugar más abierto y con más amplia perspectiva.
El espíritu del escultor, identificado con el del poeta, a producido una obra en que el romanticismo artístico de ambos despierta en los visitantes vagas e indefinibles emociones que se manifiestan reales y evidentes, por las ofrendas que manos desconocidas depositan al pie del monumento con frecuencia, las cuales revelan la misteriosa unión del alma del poeta con otras sus hermanas, ligadas a la suya por el vínculo sentir del sentimiento.
El bello ejemplar de taxodio destichum (Ciprés calvo) en su crecimiento obliga a una continúa modificación del monumento, al que de forma al desarrollar la corpulencia de su tronco.
  
“Los insignes comediógrafos utreranos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, tienen dedicada una de las más bellas glorietas del parque de María Luisa, con profunda decoración de azulejería. En el fondo hay una exedra con fuente y un pilón central, sobre el que bajo un frontón y enmarcados por medias columnas platerescas, de ladrillo tallado, aparece el emblema en cerámica de los autores: la nave empujada por dos velas delante y a nivel más bajo hay un estanque rectangular con bancos a ambos lados, en los que, en cerámica, se ven los retratos de los dramaturgos y los títulos de sus obras.
La podemos definir como la glorieta de lo popular, de lo sevillanismo, y por tanto de la luminosidad en armonía con la chispa de su obra de sus personajes. Si los Hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero buscaron el ambiente poblado de figurillas graciosas, en este monumento su concepción de lo popular está perfectamente representada en todo su conjunto, formado por un acertado juego, donde predominan la luz, el aire, el agua y la cerámica Sevillana.
La obra fue inaugurada en 1928, obra del arquitecto de la Exposición D. Aníbal González. La cerámica es de Montalbán. Eucaliptos y árboles del amor, enmarcan la glorieta, con dos palmeras datileras a su entrada, que se adornan con buganvillas su troncos.

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