El interior de la iglesia consta de tres naves y crucero, cuyos muros y bóvedas recubren pinturas murales con representaciones de santos trinitarios, así como el cuerpo de la iglesia decorada con guirnaldas, cartelas, ángeles y lienzos con santos de la misma orden. Posee retablos y esculturas de los siglos XVII y XVIII que enriquecen el conjunto.
El acceso al templo se realiza a través de una portada, con arco de medio punto, enmarcada por pilastras pareadas. En los espacios libres, entre las pilastras, se disponen dos retablitos de azulejos con imágenes de santos. Tras un entablamento, la portada se remata con un ático, con otro pequeño retablo de azulejos que presenta la efigie de San Fernando, figurando a sus lados dos óvalos con las Santas Justa y Rufina.
En el flanco derecho de esta portada se levanta una torre rectangular, de amplio fuste cuadrado, que se remata con un campanario cuyos vanos se enmarcan con pilastras cajeadas rematadas con frontón curvo. Un chapitel piramidal, recubierto de azulejos, corona la torre.Perteneció antiguamente a los Trinitarios calzados, edificándose en el primer tercio del siglo XVII, interviniendo en su proceso constructivo el arquitecto Juan de Segarra.
En los sótanos del convento se conservan unas dependencias que según la tradición, fueron las cárceles en las que en época romana estuvieron presas las Santas Justa y Rufina.


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