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Con estas páginas quiero presentaros mi ciudad, la Sevilla milenaria, la Tartésica, la romana, la islámica y cristiana, tal como yo la veo, ayudado por mi cámara de fotos que durante años me acompaña. Observad la información que os dejo para el mejor disfrute de sus calles, rincones, etc. La he dividido en varias secciones: patrimonio histórico y artístico, la ciudad que nadie ve, gastronomía y diversión.
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Un saludo. Manuel C. Viñuelas

Posada del Lucero 1700 - 1799

La posada del Lucero se halla situada en la calle Almirante Apodaca que, transformada a lo largo de los tiempos, ha formado parte históricamente de uno de los ejes de penetración a la parte central del recinto cercado por la muralla almohade, considerado unánimemente como el Centro Histórico de la ciudad de Sevilla.

La importancia de la calle como eje de penetración, ratifica la adecuación de su función como posada, hoy ya perdida debido a la transformación de los sistemas de transporte y de los lugares urbanos donde se concentran los lugares de hospedaje.

En el tramo de calle en que se ubica, situado entre las iglesias de Santa Catalina y de San Pedro, se llevó a cabo una fuerte transformación a finales del siglo XIX, al sustituirse el frente de casas de la acera de los pares por el edificio de corte neoclásico que había de servir como sede de los juzgados de Sevilla, transformado hace pocos años en sede del Archivo Histórico y Hemeroteca municipales y de la Junta de Andalucía.

En la acera de los impares, la propia del monumento, el frente de casas mantiene, en mejor o peor estado, las viviendas tradicionales, salvo las dos últimas, ya en contacto con la Plaza de San Pedro, de construcción moderna, que fueron retranqueadas de la alineación histórica, dentro de la operación general de ensanche de esta vía de penetración hacia el centro.

Queda pues la posada como un edificio encastrado en la manzana que la alberga, acompañado de un frente de casas de tipo tradicional que ocupa toda la longitud de la fachada de la manzana, salvo un par de casas en su extremo, que quedan rehundidas en su alineación, "desapareciendo" de la perspectiva visual más inmediata, y "presionada" por la mole del edificio de los antiguos juzgados que, con sus dimensiones, desacostumbradas en la trama de la zona, marca el tramo de la calle donde se halla el monumento.

Estilísticamente la Posada del Lucero se halla inmersa en la tipología de mesones y casa de postas tan frecuentes desde el siglo XVI. De este modo, se dispone en torno a dos zonas, la primera, alrededor del patio principal, situado en la parte anterior del edificio, con portada a la calle, y una segunda destinada a caballerizas, normalmente al fondo del inmueble.

La tipología del edificio responde a una ordenación basada en tres espacios. En fachada, un cuerpo edificado que en poco difiere en su aspecto exterior de la vivienda tradicional sevillana, aunque en su interior, en la planta baja, el espacio tras el portón está ocupado por un zaguán o apeadero que lo conecta con el patio.

Este constituye el centro y mecanismo organizativo del segundo cuerpo, más amplio que el primero, que distribuye las estancias en torno a un espacio trapezoidal, porticado en dos de sus lados. La escalera está situada en un rincón de este segundo recinto y da servicio, tanto a las estancias del patio, como a los pisos altos del bloque de fachada, al que se accede por una de las galerías de aquel.

El tercer espacio, al fondo de la parcela, al que se accede por la parte central del patio, lo forman las cuadras, de geometría constructiva irregular. Desde este tercer espacio, un pequeño pasadizo da acceso, hoy tapiado, a un adarve situado en la calle de San Felipe.

Volumétricamente, la parte delantera, ya se ha dicho, no difiere en su aspecto y dimensiones de una casa tradicional de tres plantas (baja y dos altas), con balcones en sus huecos, que se abren, recercados en color albero, en el tradicional paramento blanco. La cubierta es de azotea.

Los materiales de la edificación corresponden a la tipología de arquitectura civil no culta de la época. Los muros son mayoritariamente de ladrillo, como se atestigua en las partes en las que el revoco exterior permite vislumbrar la fábrica, aunque no se descarta la existencia de tapial y otras fábricas en lugares puntuales, especialmente en las zonas medianeras y traseras del edificio.

Los forjados están constituidos con estructura de madera y en los pavimentos predomina la baldosa, cerámica ó pétrea. Los paramentos verticales están revestidos con revoco en el exterior, que presenta los típicos blanqueados en los paños y recercados en color albero en los huecos. En el interior el revestimiento es a base de enfoscado, preparado para pintar.

En el zaguán, tras el portón de madera, el pavimento es de adoquín que cubre también el patio. Las carpinterías son todas ellas de madera y la rejería de balcones y cancela del zaguán, metálicas.

Las cubiertas están formadas con madera y soportan faldón de teja curva. La Posada del Lucero ofrece en fachada una gran sencillez. Sólo es significativa y realmente visible la fachada sur. En ella se abre la puerta de acceso al inmueble, la cual presenta vano adintelado y portalón como cierre. A derecha e izquierda, se ubican dos comercios, que ocupan zonas del edificio, ofreciendo prácticamente la misma disposición que la puerta principal, si bien se hallan bastante transformados. Una sencilla cornisa sirve de transición con el primer cuerpo, donde se abren dos balcones con vanos adintelados y baranda de hierro, que constituyen la planta principal del inmueble. Sobre este primer cuerpo se eleva un segundo con otros dos balcones de las mismas características de los reseñados. Culmina la fachada en antepecho ciego de sencilla estructura.

Exteriormente también se percibe parte de la fachada este, la cual no ofrece particularidad alguna, si exceptuamos los gruesos pilares a modo de contrafuertes. A través de un vano adintelado, se accede al zaguán, el cual presenta planta trapezoidal y sencilla cubierta de madera. En él se abren cuatro puertas que comunican con estancias de planta irregular, con cubiertas de madera de sencilla traza. Un arco rebajado con cancela, comunica el zaguán con el patio principal de la posada. El mismo presenta galerías de arcos de medio punto en los frentes norte y este, en planta baja, mientras que la alta presenta tres galerías, en los frentes norte, sur y este. Los arcos apoyan sobre columnas, tanto en planta alta como en baja, alternándose los órdenes toscano y el llamado de "castañuelas". Las enjutas aparecen ornamentadas con triángulos. Las galerías bajas aparecen abiertas, mientras que las superiores están tabicadas, presentando balcones. El ala oeste del patio posee en planta alta, una galería o balcón corrido con baranda y finas columnas de hierro con zapatas, como soporte del tejado. Este es a un agua.

En el ángulo sureste del patio, se abre la escalera de acceso a la planta alta existiendo en los lados este y oeste, distintas dependencias de servicio, hoy prácticamente inutilizadas, las cuales presentan planta rectangular y sencillas cubiertas de madera. En el lado norte se abren las otrora cuadras, con disposiciones rectangulares en planta, localizándose en ellas el que denominaremos segundo patio del inmueble. De planta trapezoidal, se levanta sobre pilares cuadrados en planta baja, y pilarcillos de madera con zapatas, en alta. En el ángulo noreste se localiza un estrecho pasillo con puerta al final, hoy sin uso, que al parecer comunicaba con la calle San Felipe.

Como ya se indicó, en el ángulo sureste del patio principal se localiza la escalera, la cual presenta caja rectangular con dos tramos y un rellano, y cubierta plana. En uno de sus muros existe una especie de óculo ovalado enmarcado por una moldura. En planta alta la Posada ofrece la siguiente distribución. El ala este hace la función de galería de tránsito entre las distintas dependencias del inmueble. Así comunica con el ala sur, actualmente la zona habitada del edificio, a través de una pequeña puerta adintelada. Además enlaza con la galería norte de acceso al segundo patio y a la azotea. Estos pasillos, así como la zona de viviendas ofrecen sencillos artesonados como cubiertas, con arcos rebajados sobre ménsulas en el ángulo noreste, abriéndose a él las distintas habitaciones que conformaban la Posada. Las mismas poseen puertas adinteladas, plantas tendentes a lo rectangular, cubiertas de madera, a excepción de las del lado este que lo son de techo plano, presentando sobre su dintel un azulejo con el número de la habitación.

En el ala norte de esta planta principal del edificio, se localizan el acceso al segundo patio y a la azotea. El primero se realiza mediante puerta adintelada, surgiendo a ambos lados y en las propias galerías del patio, habitaciones rectangulares con sencillos artesonados como cubierta. A la azotea se accede mediante una sencilla y estrecha escalera, con contrahuellas decoradas con azulejos. En la misma se abren las últimas habitaciones del edificio, con la misma disposición y cubierta ya señalada. Cierra esta azotea una especie de antepecho con baranda de hierro y pedestales cuadrados. Como cubierta, tejado a un agua.

Nada conocemos respecto a la historia de este edificio, salvo su posible construcción en el siglo XVII y las posibles reformas del XVIII. Se carece de datos suficientes como para poder señalar la fecha y distintas fases de construcción de este singular edificio, pero todo parece indicar que pudo ser edificado en el siglo XVII, si bien en el XVIII y, muy probablemente en el presente siglo, debió sufrir reformas que aunque no parece que alterara su disposición en planta, si se introdujeron cambios ornamentales.

El patio principal presenta elementos probablemente del siglo XVII, y fue reformado en el XVIII. En la ciudad de Sevilla, a mediados del presente siglo aún se conservaban mesones de semejantes características. Era el caso del mesón de la plaza de la Alfalfa o el de la Encarnación. En la provincia, aún se conservan algunas posadas, cuya distribución espacial recuerda a la sevillana del Lucero. Es el caso de la Posada de la Concepción, en Lebrija, o la desaparecida del Sol, en Écija.

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