La planta de la iglesia sigue la línea de los edificios medievales, con profunda cabecera de testero poligonal y la capilla mayor y cuatro menores abiertas al gran transepto. Consta de tres naves, siendo la central más profunda que las laterales. El coro se sitúa en alto a los pies de la nave central.
La nave central y los brazos del crucero se cubren con bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones y las laterales con bóvedas de arista.
En el centro del crucero se alza una gran cúpula con tambor octogonal rematado con una linterna de la misma planta, formada por telamones adosados que apean en gruesas volutas. Esta es la parte más barroca del edifico, y está rematada por una corona real de hierro forjado.
El interior está decorado con pinturas murales, yeserías y molduras de madera dorada de finales del s. XVII. Las esculturas de las hornacinas del presbiterio y brazos del crucero, son del taller de Pedro Roldán, la decoración de la bóveda del presbiterio es de Lucas Valdés, y de su taller los brazos del crucero, la cúpula, las naves laterales y los primeros pilares. Los últimos pilares los pintaron Clemente Torres, Tovar y Bernardo, firmando como Llorente.
La portada de los pies es adintelada y sobre ella se abre un gran óculo enmarcado por esferas de cerámica de color azul. Rematando la composición se alza la triple espadaña realizada en 1.697.
La portada de la nave derecha consta un arco de medio punto enmarcado por pilastras y rematado por un frontón triangular. Al lado de ésta se encuentra la justa que comunica con el crucero de la Iglesia , ejecutada en 1.694.
Se trata de un vano adintelado flanqueado por pilastras decoradas con temas vegetales, sobre el que se encuentra un frontón curvo partido rematado por un tejaroz.
En el tímpano del frontón se encuentra la escultura de Santo Domingo atribuida a Pedro Roldán.
Toda la construcción es de ladrillo; limpio en muchas partes de enfoscado como en la cúpula y la espadaña. La obra está decorada con aplicaciones de relieves en barro cocido.
Situada en el compás del convento dominicano, frente al muro de los pies de la iglesia, se encuentra la capilla de la Hermandad de Nuestra Señora de la Antigua . Es de una sola nave, de planta rectangular, bóveda de cañón con lunetos, fachada de típico paramento avitolado y portada de ladrillo y piedra en basamento y jambas.
Existen diversos y fundados testimonios que permiten atribuir al maestro mayor Leonardo de Figueroa la dirección de las obras de este templo, que duraron desde 1691 hasta 1709. Fue derribada en 1811, y tras ser edificada, nuevamente derruida en 1842, momento en que se trasladó al ex-convento dominico de San Pablo, donde continua hasta nuestros días.
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